jueves, 10 de marzo de 2011

Cuatro años....

Todavía recuerdo cuando hace cuatro años atrás me temblaban las rodillas, el corazón me latía a más no poder, y en mi cara había una mezcla de alegría y nerviosismo. Y es que veía como se iba Gabi a la sala de parto.
Recuerdo que en la habitación donde la esperaba, los minutos se me hicieron eternos. Y recuerdo como se me empañaron los ojos de la alegría cuando pusieron a mi hijo en mis brazos.

Ya pasaron cuatro años de esos grandiosos momentos y no dejo de dar gracias a Dios por el regalo que me dió al que llamamos Noah.
No hace falta que lo diga, todos saben que Mica es mi fascinación, pero Noah es mi motivo de orgullo. Él es él y avanza por su propio camino, a su ritmo, sin que nadie lo detenga. Y aunque se le han presentado algunas dificultades, el sigue adelante.
En estos cuatro años no me fue fácil ser su padre, no fue fácil inculcarle disciplina y buenos hábitos, no fue fácil no quebrar su fuerza y su tenacidad. Pero se logró, y hoy lo veo con cuatro años siendo mucho más de lo que esperaba.

Que más puedo decir... gracias hijo por hacerme de mí un Papá orgulloso y feliz.